MAISON MARTING MARGIELA ARTISANAL, verano 2015.

"The King is gone", rezaba la pancarta que portaba el performance francés Igor Dewe, a la entrada del primer desfile Dior tras el despido, semanas antes, de John Galliano.

Pues después de lo visto ayer en Londres, podemos decir que sin ninguna duda: "The King is back".

Mucho ha sudado el diseñador gibraltareño desde su despido de la casa francesa y de su propia firma homónima. Cuatro años de juicios, rehabilitaciones, declaraciones, rumores, pinitos en el mundo de la cosmética e incluso unos meses de "becario" con el desaparecido Oscar de la Renta.

MAISON MARTING MARGIELA ARTISANAL, verano 2015.

Cuatro años donde también Anna Wintour ha debido sudar lo suyo para recuperar a su pupilo descarriado. No olvidemos que ya al principio de su carrera, la Wintour movió cielo y tierra para que un Galliano, en la ruina, pudiera realizar el que fue uno de sus mejores desfiles y que le supuso el ingreso, primero, en Givenchy y posteriormente en la casa Dior. Y mucho se comenta en los mentideros fashion de sus movimientos para que fuera nombrado director de Schiaparelli, tras su fatídica noche en el café parisino La Perle.

Pocos creen que no haya tenido nada que ver la Reina De Corazones de la moda en la excéntrica decisión de que Galliano fuera nombrado director de una firma de moda tan antagónica, en principio, como Maison Martin Margiela.

MAISON MARTING MARGIELA ARTISANAL, verano 2015.

Un sala de blanco impoluto, marca de la casa, acogía a unos escasos 100 invitados, todos en primera fila, ansiosos por ver el resultado de una de las decisiones de moda que más odios y amores ha despertado.

Los fans de Galliano daban saltos de alegría, los de Margiela se llevaban las manos a la cabeza y los que admirábamos a ambos esperábamos con curiosidad el resultado de esta extraña decisión.

Si hay algo que ha caracterizado la línea Atisanal de Maison Martin Margiela es la de recuperar prendas, tejidos, elementos de la moda ya pasados e incluso descartados, para darles una nueva vida. Y eso parece que hizo ayer con el diseñador.

MAISON MARTING MARGIELA ARTISANAL, verano 2015.

Con Margiela, Galliano se ha dotado de una nueva energía, donde sigue habiendo reminiscencias del pasado como los maquillajes teatrales (mucho más contenidos) o las reminiscencias su primera colección de fin de carrera, "Les miserables", con prendas a girones de aspecto inacabado, por otro lado, también un rasgo característico de la firma.

Porque sobretodo vimos Margiela. Pudimos ver la combinación de nudes y negros, la deconstrucción de las prendas y el ensalzamiento del proceso artesanal con la presentación de las "toiles" (prueba en lino beige de los modelos) para cerrar el desfile. Vimos las "máscaras joyas" pero con un toque más agresivo. Vimos vestidos minimalistas de cortes perfectos, vimos los trajes oversize y vimos la investigación de materiales insólitos como coches de juguete para rematar prendas o la utilización de conchas marinas para crear máscaras en el frente de los vestidos.

MAISON MARTING MARGIELA ARTISANAL, verano 2015.

Vimos Margiela, sí. Pero el Margiela a través de los ojos de Galliano. Un Margiela más agresivo, más sexy y más exagerado.

Serán muchos los que seguirán viendo una aberración en esta colección y otros a los que realmente nos ha gustado esta mezcla explosiva. Aunque si hay algo en lo que igual estamos todos de acuerdo es en el miedo de que el diseñador acabe por fagocitar a la firma.

Mientras tanto, un tímido Galliano vestido con la característica bata blanca de la casa y lejos de los trajes de torero o astronauta a los que nos tenía acostumbrados, salía a recibir el aplauso del público... y en cierta manera, su redención final.

José Ramón Rocabert.