Si el de Alexander Wang es de por si uno de los desfiles más codiciados de la NYFW y más aún tras su nombramiento como director creativo de Balenciaga, esta vez hacerse un hueco para disfrutarlo en vivo y en directo ha sido un "más difícil todavía": Por si no eran suficientes el frío y la nieve que había que sortear para llegar al desfile, el espacio situado en el Lower East Side contaba con un aforo más reducido de lo habitual, y teniendo en cuenta que en el front row se dió prioridad a las novísimas generaciones capitaneadas por North West (la hija de 19 meses de Kim Kardashian y Kanye West) y la "sobrinísima" de Wang (Aila, de cinco años), pudimos ver a Giovanna Bataglia en segunda fila y a Chiara Ferragni en... ¡cuarta!. Pero Wang bien lo vale (aunque sea en standing)y lo que vimos no decepcionó en absoluto: una colección con el negro como protagonista absoluto y una marcada estética neo-gótica literalmente de pies a cabeza.

Desde el look dark de peinado y maquillaje de las modelos, con un efecto dirty-wet en el cabello y un maquillaje que acentuaba las ojeras, hasta el calzado (una versión sofisticada de las míticas botas New Rock), Wang enmarcó sus diseños en el imaginario goth en todas sus vertientes: desde el healty-goth que es ya una constante en sus creaciones sacando el lado "más oscuro" de un traje sastre o un little black dress con sus combinaciones en cuero o tachuelas y cadenas, pasando por el japanese goth evocando a las lolitas japonesas o incluso sacando la vertiente dark-chic de looks deportivos, algo que ya hizo en su colección para H&M del pasado otoño.

Aunque el negro fue el gran protagonista, los toques plata le dieron aún, si cabe, mayor sofisticación: aplicaciones en vivos, bajos y formando dibujos sobre las prendas, así como cadenas y cremalleras vistas para romper la moncromía. Hubo también un momento para el rojo en prendas de abrigo con tejidos de tartán, y también para el blanco en prendas de punto combinadas con jeans efecto laser. El uso del cuero y los calados mostraban claros guiños las estéticas heavy y hair metal que tantas veces han "coqueteado" con lo gótico.

Para cerrar, la oscuridad dió paso a la noche que curiosamente se tornó luminosa con prendas de malla plateada y piezas en negro efecto velvet, combinadas con abrigos y cazadoras tipo bomber de tejido metalizado. El broche final para una colección con looks complejos, con superposiciones de prendas y una rica combinación de materiales, que se afianzan temporada tras temporada como el sello estético de Alexander Wang.