Viajar es uno de los grandes placeres de la vida, descubrir nuevos lugares, disfrutar de unas merecidas vacaciones o quizá una simple escapada de fin de semana para desconectar y cargar las pilas. Sin embargo, antes de llegar al destino nos tenemos que enfrentar al desplazamiento que, por desgracia no siempre suele darse en las mejores condiciones.
Películas como Asesinato en el Orient Express, o Muerte en el Nilo -ambas basadas en las novelas de Agatha Christie- reflejaban de la mejor manera un tipo de viaje que hoy solo sería posible a golpe de sueldo Nescafé: con baúles de piel en lugar de maletas rígidas, ayudas de cámara que solucionaban cualquier contratiempo, cabinas de madera con asientos de terciopelo y camarotes restaurante con estudiados menús y cubertería de plata.
Hoy la cosa ha cambiado. Hasta el destino más exótico está al alcance de cualquiera, y el precio que ahorramos en el billete nos lo cobran en comodidad, con larguísimas esperas en aeropuertos, interminables controles de seguridad y la invasión continua del espacio personal de uno mismo en asientos que más bien parecen piezas del Tetris.
Pero... ¡No todo está perdido! A veces un poco de ingenio, o un gadget de bolsillo, conseguirán que ir de aquí para allá sea menos un calvario y más un placer. Como en BRUNCH MAGAZINE no renunciamos a descubrir lugares nuevos (y estar de vacaciones), vamos a contarte algunos trucos para viajar como un VIP a precio de turista. ¡En marcha!