Buscas un destino, compras una guía, marcas una ruta, eliges qué ver, aprietas la agenda para abarcar al máximo, reservas en los sitios en los que quieres comer, compras entradas para las expos que quieres ver, te haces la ruta de tiendas de rigor... sales del hotel por la mañana y llegas por la noche, exhausto, habiendo caminado más de 20 km y sabes que al día siguiente más. ¿Son eso vacaciones? Bueno, en teoría si pero en la práctica es tal el stress que vuelves más cansado de lo que has llegado.
Aprovechando que se acerca un larguísimo puente, os traemos una propuesta distinta: unos cuantos destinos más o menos cercanos en los que poder disfrutar y relajarte sin tener apenas que moverte. Si tu política vacacional es cero stress y buscas un lugar in the middle of nowhere, pasa a la siguiente página.
PEDRAS SALGADAS PARK (PORTUGAL)
Apenas a una hora de Oporto se encuentran las antiguas Termas y Casino de Pedras Salgadas, que reciben su nombre por el manantial de aguas termales del que se extrae el agua gasificada más famosa de Portugal. Tras caer varios años en desuso, en 2009 se recuperaron sus instalaciones de finales del siglo XIX y principios del XX creando un complejo turístico con modernas cabañas eco y casas en los árboles. Por la mañana encontrarás el desayuno en la puerta, con pan y bollería recién horneada. Un paraje natural incomparable, un restaurante con cocina regional de Trás dos Montes y un spa con todo tipo de tratamientos son todo lo que vas a necesitar durante tu estancia. Desconexión total.
HOTEL VILLA HONEGG (SUIZA)
Wes Anderson resucitó para los más jóvenes un concepto vacacional que, aunque en esencia "viejuno", es en realidad un planazo: el relax alpino. Aunque el Gran Hotel Budapest es ficción, existen lugares que replican ese concepto en el que salud, descanso y placer forman un todo indisoluble. ¿Nuestro favorito? El Hotel Villa Honegg, que cuenta con una piscina termal a 34º que bordea el hotel y que ofrece la posibilidad de un baño bajo la nieve con unas vistas del Lago Lucerna y los Alpes que cortan la respiración. Un restaurante de altura (y no sólo por su ubicación) y un spa que ríete tú del lujo asiático completan la oferta, eso si, sólo para bolsillos holgados.
CASA BARBIERI (ITALIA)
En Vicenza, a una hora de Venezia, media de Pádua y a los pies de los Dolomitas encontramos Casa Barbieri, una villa reconvertida en hotel perfecta para un fin de semana de culto al hedonismo. Sus jardines, obra del paisajista Lorenzo Martinelli (también alma mater del proyecto) ofrecen infinitos rincones para una buena dosis de dolce far niente. Pocas habitaciones, el hecho de que admitan mascotas, la disposición los espacios y el trato inmejorable invitan a sentirse como en casa. Una casa de la que no necesitarás salir para absolutamente nada.
LES COLS PAVELLONS (ESPAÑA)
Es uno de nuestros hoteles favoritos del mundo mundial. Enmarcado en el paisaje volcánico de Olot, en una de las zonas de Catalunya donde la propuesta gastronómica es más interesante, es probablemente el alojamiento que más nos ha sorprendido de todos en los que hayamos estado.
Les Cols Pavellons no tiene spa, ni tratamientos... por no tener no tiene ni muebles. Su propuesta arquitectónica es simplemente fascinante: una antigua masía reconvertida en pabellones de cristal en los que los espacios se funden y confunden, pero sobretodo atrapan al visitante. Jardines volcánicos, un río apacible, el trato exquisito y un restaurante con estrella que ofrece también servicio de picnic para disfrutarlo en las inmediaciones del hotel, en plena naturaleza, completan la oferta de uno de los destinos para no salir más peculiares de la Península.
SUBSCRÍBETE A NUESTRA
NEWSLETTER